El aumento de las temperaturas y el fallecimiento se ha puesto en relación en más de un estudio. Nuevas investigaciones corroboran esta vinculación, poniéndose de manifiesto que las muertes por calor serán más habituales en zonas como el sur de Asia. Una afección que se agravará con la intensidad del calentamiento global. Las primeras estimaciones apuntan a que un aumento de dos grados, triplicaría la exposición de la población al estrés por calor en relación a años recientes.
El estudio
El estrés por calor mortal será algo común en el sur de Asia, según el nuevo estudio que ha sido realizado en el Laboratorio Nacional de Oak Ridge (Estados Unidos) y que se ha publicado recientemente en Geophysical Research Letters.
Un estudio en el que se pone de manifiesto la necesidad de abordar urgentemente el cambio climático porque, en caso contrario, se plantea un escenario negativo para el sur de Asia, que puede evitarse conteniendo el calentamiento.
En concreto, la investigación refleja que la limitación del calentamiento en 1,5 grados Celsius podría reducir el impacto que se prevé a la mitad. Un dato que es importante porque alrededor de la cuarta parte de la población mundial vive en esta zona de Asia.
Los datos
En este estudio, el equipo de investigadores ha empleado simulaciones climáticas y proyecciones de crecimiento futuro de la población con el fin de estimar el número de personas que experimentarán niveles peligrosos de estrés por calor en la parte sur de Asia. Son situaciones que se han llevado a cabo con niveles de calentamiento de 1,5 y dos grados Celsius.
Los investigadores realizaron así estimaciones de la temperatura del bulbo húmedo que experimentarán los residentes, indicador similar al índice de calor, al tener en cuenta la temperatura y la humedad.
Según los datos recogidos en el estudio, se considera que una temperatura de bulbo húmedo de 32 grados Celsius es el punto en el que el trabajo a la intemperie se convierte en inseguro, mientras que 35 grados Celsius es el límite para la supervivencia humana porque el cuerpo ya no puede enfriarse.
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