Con la leyes antitabaco que prohíben fumar en espacios cerrados, se protege la salud de los ciudadanos. ¿Pero qué pasa con la salud de la naturaleza? ¿No se evitarían incendios si se prohibiera fumar en los coches? Algunos expertos creen que sí,
El doctor Joseba Zabala, médico especialista en salud pública y coordinador de la iniciativa «¡Porque nosotros sí!», que agrupa a más de 250 organizaciones sanitarias y sociales que quieren reformar la ley antitabaco para extender la prohibición de fumar a más espacios, así lo cree: la medida reduciría el número de incendios forestales que se producen en España.
Joseba Zabala ha recordado los incendios forestales que asolan varias zonas de España, algunos de ellos causados por las colillas de los cigarrillos. Aprovechando esta circunstancia, quiere reabrir el debate sobre la prohibición de fumar en los vehículos, así como de regular el consumo de tabaco en espacios públicos abiertos, como playas o espacios naturales, siempre que tengan un valioso patrimonio ecológico. Una de las causas que se barajan como causa del incendio del Alt Empordá es precisamente una colilla mal apagada arrojada al campo.
El coordinador de esta iniciativa ciudadana ha advertido de que lanzar una colilla desde un vehículo en marcha puede suponer 200 euros de multa y cuatro puntos del carné de conducir. Es un acto incívico, pero, sobre todo, es un atentado ecológico. Además, se ha demostrado que el humo en el interior del coche es tóxico para sus ocupantes, especialmente, para los niños. Por último, hay razones de seguridad vial.
Zabala ha recordado que en otros países europeos, como en el Reino Unido, donde los médicos británicos de la British Medical Association han abierto el debate, la prohibición de fumar en los coches es una herramienta de sensibilización colectiva sanitaria y ecológica.
La iniciativa ciudadana «Porque nosotros sí» reúne a más de 2 millones de personas representadas por 263 organizaciones que impulsaron, en el año 2010, el nuevo modelo español de espacios sin humo.
Cabría preguntarse, en todo caso, si la prohibición evitaría que gente sin conciencia ecológica reprimiría el fatal gesto de arrojar la colilla por la ventanilla.