Es curioso como los medios de comunicación tradicionales se aproximan cada año a la noticia del encendido de las tradicionales luces que engalanan las calles por estas fechas, enfocando la noticia desde el punto de vista del ahorro respecto al año anterior. Pero el caso es que cualquier bombilla innecesaria es un gasto energético del que todo ayuntamiento podría y debería prescindir.
Es un secreto a voces que, en realidad, las luces de navidad son un reclamo para fomentar las compras. De ahí que se ubiquen en las zonas comerciales de la ciudad. Los dueños de los locales comerciales son los primeros en protestar cuando se discute la conveniencia o no de que se instalen las luces. Si esto fuera verdad, si la gente fuera a comprar sólo porque hay unas lucecitas de colores en las calles, entonces sería doblemente irresponsable desde el punto de vista medioambiental, pues consumir desaforadamente no es sostenible ni ecológico. Pero parece, tristemente, que la Navidad es más importante que el planeta.
El caso es que, en parte por una mayor (y mímima) conciencia medioambiental por parte de los consistorios, y en parte por la crisis económica, muchas ciudades usan bombillas LED en sus luces de navidad, con el ahorro respecto a la iluminación tradicional que eso supone.
En cuanto a las dos principales ciudades de España, Madrid duplica el coste per cápita de instalación de Barcelona y supera sus horas de encendido en un 32%. En general, las ciudades españolas tienen las luces navideñas encendidas aproximadamente 200 horas, aunque algunas ciudades, como Valencia y Málaga, casi alcanzan las 300, mientra que Santa Cruz de Tenerife alcanza las 400. Las ciudades con menos cantidad de horas con las luces encendidas son Calahorra (108 horas), Cartagena y el Puerto de Santa María (ambas con 120 horas).
Otro dato a tener en cuenta es cuánto le cuesta al ciudadano tener todas esas luces encendidas. La media del país en coste por cápita es de 5,74 céntimos de euro por habitante. El menor coste per cápita lo registran Bilbao (con 0,69 céntimos de euro por habitante), Sevilla (0,70 céntimos) y Pamplona (1,02 céntimos), mientras que Zamora (21,12 céntimos), Badajoz (12,49 céntimos) y Ceuta con (7,63 céntimos), son las ciudades con mayor coste per cápita.
Otro factor que hay que tener en cuenta es el coste de la instalación del alumbrado, que este año es de 111 céntimos por habitante, un 19% menos respecto a los datos de 2009. Las ciudades más ahorradoras en cuanto a la instalación del alumbrado son Calahorra, con 5,54 céntimos por habitante, Zaragoza, con 16,79 céntimos, y Valencia, con 18,05.
La media de kilowatios hora por alumbrado navideño en 2010 es de casi 60.000. Casi 60.000 kWh de energía que se podría ahorrar. Esta cantidad supone, aproximadamente, el equivalente a 15 millones de kilogramos de dióxido de carbono emitidos a la atmósfera. Esto sin contar otras luces instaladas por los centros comerciales.