El cambio climático adelanta la polinización y prolonga las alergias


Ser alérgico y vivir en un mundo recalentado significa pagar un precio cada vez más alto por serlo, pues las plantas comúnmente alergénicas y, en general, todas las plantas, van adelantando el inicio de la polinización a consecuencia del avance del cambio climático, con lo que también se inician antes las alergias, advierten los expertos.

«El cambio climático tiene un efecto claro en la polinización de las plantas alergénicas», dice el doctor Francisco Feo Brito, coordinador del Comité de Aerobiología de la Sociedad Española de Alergología e Iinmunología Clínica (SEAIC). Es decir, el calentamiento global del planeta está convirtiendo el planeta en un lugar más cálido, en el que las flores asoman antes, con el trasiego que ello supone de pólenes en la atmósfera.

Feo explica que, ya actualmente, este aumento de la temperatura global hace que la polinización se adelante entre dos y tres semanas en los olivos españoles o, por ejemplo, también en las gramíneas en el Reino Unido. Resultado: los típicos síntomas alérgicos se disparan, incluyendo rinitis, problemas respiratorios como el asma y demás.

Otras consecuencias del cambio climático, como los eventos extremos meteorológicos que afectan a los patrones del viento, también modifican la distribución del polen en la atmósfera. De este modo, los granos de polen puede recorrer cientos de kilómetros, rompiendo la barrera entre el campo y la ciudad.

La contaminación atmosférica, por otra parte, intensifica los síntomas alérgicos, lo que significa que el polen multiplica su poder alérgeno, apunta Feo Brito. Un caso frecuente es la suma de elementos contaminantes procedentes del tráfico rodado sumados al mismo polen, cuya consecuencia no es otra que un empeoramiento de los síntomas. Igualmente, el entorno urbano afecta a las plantas muy negativamente y las estresa, produciendo también un polen más peligroso para los alérgicos.

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