Investigadores mexicanos andan enfrascados en la creación de un nuevo tipo de aguacate que pueda hacer frente al impacto del cambio climático, concretamente a las sequías prolongadas.
Si todo sale según lo previsto, la futura nueva variedad aguantará más que las actuales gracias a una menor necesidad de agua para su cultivo, lo que permitirá mantener el nivel de productividad o incluso aumentarlo, apuntan los científicos del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav).
¿Pero, por qué el aguacate? La razón de su elección para modificar su genética obedece al liderazgo en su producción y exportación a nivel mundial en este país, de donde también es originaria la planta, entre otras áreas del continente americano.
De este modo, la investigación pretende mantener esta fuente de riqueza en el país, es decir, su consumo interior y, por supuesto, también en todo el mundo. Un reto que significaría también una ventaja para otros países productores, pues aún siendo líder, su volumen en el mercado internacional es sólo del 34 por ciento.
Los aguacates de Michoacán
La mayor parte de la producción actual del aguacate mexicano (que representa el 20 por ciento del 34 exportado) procede de Michoacán, un estado situado al oeste del país. Es así que la gran concentración del cultivo en un sólo área hace temer graves consecuencias de sufrirse una grave sequía, un evento extremo característico del cambio climático.
Un aspecto importante a tener en cuenta es que no estamos hablando de transgenia, sino de «utilizar herramientas genómicas para su mejora en tal o cuál aspecto», apuntan los científicos.
Será una investigación larga, pues el aguacate tiene un largo ciclo de vida. Tras haber determinado la secuencia genética del aguacate criollo mexicano o de cáscara de papel, intentan ahora identificar sus 42 mil genes.
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