En la actualidad se trabaja para desarrollar una serie de procesos que, inspirados en la fotosíntesis natural que realizan las plantas, utilicen la energía solar para producir otro tipo de energía a partir de dióxido de carbono y agua. Con ello, se conseguiría avanzar hacia un modelo energético más sostenible que, además, permitiría mitigar el cambio climático.
La AIE (Agencia Internacional de la Energía) ha señalado que es necesaria una descarbonización de las fuentes de energía si se quieren evitar daños catastróficos e irremediables al clima global. Sin embargo, según datos de la propia AIE, en la actualidad las fuentes de energía provenientes de los combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas natural) siguen aportando más del 70% de la energía primaria consumida en el mundo. Sabemos lo que hay que hacer, pero no lo hacemos.