Hay zonas del planeta donde el cambio climático es más acusado. Al menos, exteriormente. Esta misma semana, Groenlandia lanzaba una llamada de aviso bien clara. El calentamiento global y el deshielo van a perjudicar, en especial, a los dos polos. Y, en el sur, a países como Chile.
La Antártida está sufriendo un grave impacto ambiental. Veintiséis destacados científicos publicaron un documento en la revista Science en el que advierten de los riesgos y en el que urgen a desarrollar políticas ambientales a nivel internacional.
Entre las amenazas, la difícil supervivencia de especies, incluyendo el krill y el bacalao de profundidad, la acidificación del océano, el riesgo de contaminación por parte de embarcaciones y perturbaciones en la fauna marina debido al creciente aumento de visitantes.
Estudios señalan que la población de pingüinos Adelaida ha caído en 80% desde 1975. La misma reducción ha experimentado el krill desde 1981.
La península antártica es uno de los tres puntos del planeta en el que más se ha incrementado la temperatura media del aire. Desde 1947, ha subido cerca de 3,5 °C, esto es cinco veces más que el aumento medio global, que es de 0,74 °C, entre 1905 y 2005.
Pero, en vez de proteger el entorno, se sigue permitiendo la entrada de turistas: el año pasado llegaron a la Península Antártica 20.000 turistas. Cuanta más personas, más fácil es que se introduzcan en el ecosistema especies nativas que llegan en la ropa o el cargamento. Cabe recordar que el antártico es uno de los ecosistemas más frágiles del planeta.
Científicos chilenos claman por la protección de la Antártida. Ya no es un continente blanco impoluto y lejano. Su influencia sobre Chile es crucial, ya que su propio clima y su medio ambiente dependen de los sistemas antárticos. Las variaciones del continente helado pueden producir alteraciones irreversibles en el clima de Chile.
Por ejemplo, el calentamiento global podría alterar las corrientes marinas alrededor de la Antártica. Una de ellas, la corriente fría de Humboldt, es la que permite que el golfo de Arauco, Antofagasta e Iquique tengan una alta productividad pesquera. El deterioro de la Antártida repercutirá en recursos valiosos, como la pesca, así como otros recursos agrícolas y forestales. Por otra parte, se está reduciendo la población de krill, base de la cadena trófica o alimentaria de la fauna marina.