Del mismo modo que las temperaturas no aumentan al mismo nivel en las diferentes regiones del mundo o la sequía no afecta de igual modo en todas las zonas del planeta, el aumento del nivel de las guas de los océanos no es igual en zonas ecuatoriales, en Oceanía, en Europa o en los polos. La geografía y la composición de las costas desempeñan un papel fundamental en el fenómeno.
Las zonas heladas, los polos, Groenlandia, etc., tienen hielo que fluctúa con el tiempo. En algunas épocas se produce un deshielo y, en otras, se recupera parte de la masa de hielo. Pero, en términos absolutos, se pierde hielo y eso afecta al nivel del mar y a las condiciones de los océanos.
Un reciente estudio publicado en Science asegura que el deshielo que se produce en la Antártida y en Groenlandia ha contribuido en 11,1 milímetros a la subida del nivel del mar desde 1992 hasta la actualidad. Del total, unos dos tercios provienen del hielo de Groenlandia y el resto a la Antártida.
El estudio ha sido liderado por la Universidad de Leeds (Reino Unido) y por el Laboratorio de Propulsión de la NASA. Para la elaboración del trabajo, se han usado datos procedentes de hasta diez satélites diferentes. Algunos de ellos, utilizaron como instrumentos el altímetro radar, que mide la altitud sobre el terreno, y el altímetro radar láser, que calcula la elevación de la superficie marina.
En el caso concreto de Groenlandia, han descubierto que la pérdida de hielo ha aumentado hasta cinco veces desde mediados de los años noventa del siglo pasado. Los datos más fidedignos eran los recabados entre enero de 2003 y diciembre de 2008, el periodo en el que todos los satélites funcionaban correctamente al mismo tiempo.
El proceso se acelera
Así, los científicos señalan que la fusión de las capas de hielo ha aumentado con el tiempo y, en conjunto, Groenlandia y la Antártida pierden actualmente tres veces más hielo (0,95 milímetros de nivel del mar por año) que lo que perdían en la década de los noventa del siglo XX (0,27 milímetros de nivel del mar). Con este estudio se confirma que, tanto la Antártida como Groenlandia, pierden masa de hielo de manera constante.