La revalorización de los vinos ingleses


Que los mejores vinos del mundo se elaboren en España, Francia, Chile, California, Sudáfrica, Argentina, no es ninguna coincidencia. Se debe, entre otros factores, al clima. Pero el cambio climático va a alterar estas condiciones. O, mejor dicho, las va a trasladar a otras latitudes.

En el norte de Europa, debido al calentamiento global, los inviernos son cada vez menos fríos y los veranos más calurosos. En otras palabras, se van a dar las condiciones meteorológicas perfectas para producir buenos caldos. Una de las primeras regiones en beneficiarse del fenómeno va a ser el sur de Inglaterra. Quizá, dentro de unos años, en vez de pedir un Borgoña o un Rioja, se cruzará (metafóricamente) el Canal de la Mancha para pedir «un Inglés».

El cambio ya ha empezado. Algunos vinos ingleses, antes denostados, en la actualidad están superando a sus rivales franceses en competiciones internacionales. Entre 1961 y 2006, las temperaturas en el sur de Inglaterra aumentaron una media de 3º C, un clima más propicio para la uva. Así, hoy en día hay cerca de cuatrocientos viñedos en la región.

La otra cara de la moneda la representan las regiones históricamente más importantes, como Rioja o Ribera del Duero en España, o Borgoña, Champaña o Burdeos en Francia, zonas que se verán muy afectadas o, incluso, terminarán desapareciendo como regiones vitivinícolas.

Un ejemplo de esta revalorización del vino inglés es Ryedale Vineyards, en Yorkshire. Sus propietarios, además, han decidido desarrollar la producción de vinos ecológicos, respetuosos con el medio ambiente.

Los científicos han estado analizando la influencia del clima y el tiempo sobre el vino desde hace años. Han aparecido numerosos estudios sobre el tema en las últimas dos décadas y se han elaborado modelos de predicción de los posibles efectos para los próximos cien años. Entre otros eventos, hace ya tres años que se celebra el Congreso Internacional de Cambio Climático y Vino, donde expertos debaten la cuestión y comparten ideas para enfrentarse al problema.

La industria vitivinícola mundial será una de las más afectadas por el cambio climático, como el resto de la agricultura, en realidad. Cambiará (ya está cambiando) las cosechas, y obligará a modificar las estrategias de negocio y las economías.

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