Productores, bodegueros y miembros de instituciones y asociaciones nacionales e internacionales del sector vitivinícola se han comprometido a apostar por una mejora de la eficiencia energética y un desarrollo de las energías renovables, así como un uso del agua más racional, una limitación de los productos químicos y de los residuos que se generan. En definitiva, se han comprometido a disminuir el impacto ambiental en el sector del vino. La declaración se ha firmado en el ayuntamiento de Barcelona.
Los promotores de la declaración, que se enmarca en la jornada «Wineries For climate Change» (Bodegas por el cambio climático), señalan que este sector tiene que mostrarse sensible a los riesgos del calentamiento, que es una realidad comprobable: la temperatura ha aumentado un grado en el área mediterránea en los últimos cuarenta años, un fenómeno que afecta a las características del vino.
Naciones Unidas tiene como objetivo que la temperatura no suba más de dos grados antes de final de siglo. Sin embargo, los estudios científicos (y no sólo los más pesimistas) indican que podría hacerlo en cinco grados. Este aumento puede suponer el fin de muchos cultivos. Así, esta Declaración de Barcelona quiere convertirse en la base de un nuevo movimiento de cooperación que tiene como objetivo la lucha contra el cambio climático y la protección del viñedo ante los cambios que se avecinan.
Por ello, los firmantes provienen de regiones vinícolas de todo el mundo y consideran que este nuevo modo de tratar las viñas no debe limitarse a una zona geográfica. Debe ser, como todo lo que tiene que ver con el problema climático, un esfuerzo global. Cada una de las personas y profesionales relacionados con el sector vitivinícola se deben comprometer a reducir las emisiones de CO2 en su parcela de acción profesional.
La firma de esta declaración internacional sirve, además, como punto de partida de la jornada «Wineries For climate Change», un foro organizado por la Federación Española del Vino que reúne a más de trescientas bodegas de las principales zonas vitivinícolas del mundo. Durante el foro, se comparten las medidas que estas bodegas están llevando a cabo para luchar contra el calentamiento global. También se analiza cómo influye el cambio climático sobre la producción agrícola y, especialmente, sobre la elaboración del vino.