Los virus y los hongos podrían dejar de verse como enemigos por la agricultura para pasar a considerarse grandes aliados, incluso, pues estos microbios pueden ayudar a las plantas a hacer frente a las condiciones extremas como el frío o la sequía, según un nuevo estudio.
Investigadores de la Pennsylvania State University encontraron que cultivos de arroz, tomate, calabaza o remolacha, entre otros, demostraron más tolerancia a la sequía en todos los casos, y al frío en algunos casos, con la ayuda de los virus.
La simple infección con un virus fue suficiente para provocar esta reacción de resistencia al calor y al frío extremos, observándose falta de ella sin su presencia.
Resistencia térmica
Virus habituales en plantas de suelos volcánicos como los de Costa Rica llamaron la atención del equipo de científicos, que decidió estudiar su influencia sobre la resistencia térmica de éstas. Una decisión que resultó positiva al hallar que los hongos y un tipo de hierba tropical del Parque Nacional Yellowstone sólo lograban sobrevivir si crecían juntos a altas temperaturas.
Si la planta y el hongo se separaban, morirían por los tremendos niveles de calor, en concreto a 125 grados Farenheit, el equivalente a más de 51,67 grados centígrados.
Los resultados han abierto las puertas a nuevas investigaciones que estudien el papel de los virus en la tolerancia térmica, pues la ciencia desconoce por qué éstos ayudan a las plantas a superar las condiciones extremas.
En el futuro, un avance en este sentido ayudaría a la agricultura a conseguir plantas más resistentes, es decir, cultivos más productivos y sostenibles. Incluso se podría avanzar en la resistencia a agentes patógenos y otros factores que les provocan un estrés ambiental. Lógicamente, esta línea de investigación combatiría de forma indirecta la inseguridad alimentaria.
Qué investigación es la que demuestra que los virus ayudan a resistencia térmica.
En dónde está ´publicado o cómo se encuentra esa investigación?
Referencia por favor.
Hola Gabriela,
La referencia es un estudio publicado en ScienceDaily por Penn State University un día antes de la publicación del post, concretamente el 17 de febrero, 2013. Un saludo!