Si los aviones ponen en jaque al planeta con sus emisiones masivas de CO2, el avance del cambio climático parece querer devolverle la bofetada de forma muy poco agradable para los pasajeros, y el sector de la aviación no se va de vacío.
Como si se tratase de una «advertencia» más sobre las devastadoras consecuencias que puede traernos el cambio climático, éste podría estar teniendo efectos sobre el transporte aéreo en forma de vuelos más largos y la intensificación de las turbulencias. Y en breve, éstas serán especialmente acusadas en distintos aspectos, según un estudio británico.
Un mayor gasto para el sector
De acuerdo con una investigación publicada por el Institut of Physic (IOP), los cambios climáticos están afectando al transporte aéreo de distintas formas. Por un lado, se espera que afecte a los trayectos y a la duración de los vuelos.
El estudio ha modelizado la evolución de las corrientes en chorro (jet stream en inglés) para observar las zonas aéreas más frecuentes ha observado que la fuerza del viento que se utiliza para volar está sufriendo cambios a consecuencia del cambio climático.
De acuerdo con los resultados de la investigación, publicados en la revista Environmental Research Letters, el cambio climático aumenta la fuerza de los jet stream, con lo que afectará a los vuelos. En concreto, se acortarán los de oeste a este se acortarán y ocurrirá todo lo contrario con los vuelos este-oeste: serán más largos, requerirán más combustible y resultarán más caros.
Básicamente, los vientos en dirección ese se aceleran y los de dirección oeste se ralentizan. En cifras, supondrá un mayor gasto, millones de dólares en combustible, más retrasos y billetes más caros. Además, como consecuencia de todo ello aumentará el impacto ambiental.
Por otra parte, el aumento de la temperatura hará que los motores sean menos eficientes y se intensificarán las turbulencias. Según el Paul Williams, autor de la investigación, podría aumentar un 50 por ciento de aquí a mediados de siglo.