El Museo de Ciencia de Londres publica una novela sobre el cambio climático


Es una novela. Ficción. De momento. En un futuro, podría suceder. Es ficción, pero también es un aviso. Del mismo modo que algunas de las novelas de Julio Verne se convirtieron en realidad, esta novela sobre las consecuencias del cambio climático se pueden convertir en una terrible realidad.

En la novela el planeta es muy diferente a como lo conocemos ahora: el calentamiento global ha terminado de derretir los polos y el resto del planeta es un horno. Miles de refugiados, entre los que se encuentran las protagonistas de la novela, Emily y su hija Jenny, se desplazan hasta la Antártida, el único continente habitable, la única región verde.

El autor de la novela, publicada por el Museo de Ciencia de Londres, es Tony White. El libro cuenta el viaje de Emily y Jenny hasta el polo sur, donde se supone que está su marido, John. La primera barrera que tienen que superar es Patience Camp, un asentamiento de refugiados y último puerto en las rutas desde el Atlántico hasta la Antártida. Algo parecido a la Casablanca de la famosa película, la antesala a la libertad, el último sitio antes de acceder al mundo libre. Sólo que en Casablanca se huía de los nazis y aquí se huye del extremo calor y de un mundo inhabitable.

En la novela hay ingredientes para que el viaje sea toda una aventura: piratas que asaltan los barcos de emigrantes, grupos terroristas, asesinatos, anarquía… ¿Es ése el mundo que nos espera? La novela se titula Shackleton’s Man Goes South y se puede obtener gratuitamente en el museo.

Entrevistas a científicos


La novela alterna los capítulos donde se desarrolla la trama con otros titulados «Escenarios antárticos», en los que se explica cómo el cambio climático está cambiando el mundo, la política, la sociedad… Y esto no es ficción: son entrevistas a científicos de diferentes especialidades.

White se ha inspirado en unos cuentos publicados en el South Polar Times, periódico de una expedición a la Antártida. Este periódico ofrecía entre treinta y cincuenta páginas con fotografías, ilustraciones de los expedicionarios, observaciones sobre el medio ambiente e informes meteorológicos. En cada número, también había dos o tres cuentos breves. En uno de ellos, de 1911, aparece la expresión «cambio climático». Es ese cuento también se ha producido el deshielo completo de la Antártida. Y es mucho más pesimista: el protagonista es el último ser humano superviviente.

1 comentario

  1. Parece bastante optimista. Los oceanos no empiezan a liberar el venenoso sulfuro de hidrógeno como en la extinción masiva del Pérmico-Triásico. Se encuentra una solución para los residuos del arsenal nuclear mundial y las mas de 400 centrales nucleares. Y eso pese a que lleva lustros desmontar una central nuclear y los residuos tienen que ser refrigerados unos 100 años, luego enterrados y vigilados durante miles de años. Parece que de alguna forma se salvan de la radiación.
    Interesante.

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