A principios de año, unos cuantos osos polares visitaron la Feria del Automóvil de Bruselas para reclamar sus derechos a un hielo en condiciones, bien sólido, sin deshielos provocados por tubos de escape y chimeneas de dióxido de carbono. Evidentemente, los osos eran más falsos que una peseta de cartón, pero la petición de aquellos activistas de Greenpeace disfrazados era auténtica, y también persistente.
Ahora, dando en el mismo clavo, la organización ecologista quiere reunir un millón de firmas para salvar el Ártico de las prospeciones petrolíferas y de la pesca industrial. Y, por pedir que no quede, también reclaman que abandonemos la era de los combustibles fósiles porque, advierten, la vida de todo el planeta depende del Ártico.
Greenpeace considera que ésta es la campaña medioambiental más importante de la actualidad, y están convencidos de que van a poder demostrar que una gran mayoría de la población mundial se opone a que la industria petrolera y la pesca industrial sigan perjudicando, junto al calentamiento global, el «frágil» Ártico de una forma brutal e irreversible. ¿Su objetivo? Convertir el Ártico en un santuario, es decir, en una zona libre de explotación petrolífera y de otros desmanes humanos.
Codicia humana
Río de Janeiro ha sido una de las 40 capitales del mundo en las que se ha presentado la campaña, ciudad que estos días acoge la Cumbre de Naciones Unidas de Desarrollo Sostenible. En Madrid, el director de Greenpeace España, Mario Rodríguez dijo que había que «evitar la codicia» de los sectores de ambas industrias, que aprovechan el deshielo para lucrarse. «Nos parece inmoral que los sectores petrolero y pesquero pretendan destruir el Ártico para esquilmarlo y tener tres años de suministro de petróleo, frente a los múltiples riesgos».
Un bonito y hasta poético detalle ha sido el momento elegido para la presentación de la campaña, justo el día del inicio del verano, el solsticio de verano, en el que el Ártico tendrá 24 horas de luz. Pero, ya con los pies en la tierra o, mejor dicho, en el hielo, Rodríguez ha recordado que en esta región ambientalmente tan rica viven 4 millones de personas y, si se cumplen las previsiones científicas, en una década podría quedarse totalmente sin hielo en verano, lo que sería una auténtica catástrofe medioambiental.
Famosos apoyan la campaña
Siempre tan mediáticos, los de Greenpeace han conseguido adhesiones a la campaña de un gran número de celebrities como Alejandro Sanz, Hugh Grant, Paul Macartney, Robert Redford, Penélope Cruz y Javier Bardem, Pedro Almodóvar, Fernando Trueba o Miquel Barceló. También será espectacular y emocionante el momento en el que, reunidas las firmas, éstas se depositen en una cápsula ecológica en las profundidades del océano Ártico.
«El Ártico está sufriendo el asalto por parte de las petroleras, gobiernos y grandes flotas industriales de pesca sin escrúpulos. Es aterrador ver cómo las petroleras, causantes del cambio climático, ahora buscan lucrarse de la pérdida del hielo ártico y eso es inadmisible. Tenemos que abandonar la era del petróleo y salvar el Ártico. Podemos y debemos salvar el Ártico», afirma Rodríguez.
me parece genial que hagamos un movimiento revolucionario, ya dependiendo sobre nosotros mismos, por que es responsabilidad de cada uno hacerse cargo de la contaminación. Normalicemos recoger la basura de la calle, normalicemos hablar del cuidado ambiental, normalicemos cuidar el planeta, a fin de cuentas es el hogar de todos, y nosotros, la raza humana nos estamos encargando de acabarla, destruirla, y destruirnos a nosotros también, por favor, cuidemos el Ártico #savetheworld