El calentamiento global, como su propia denominación indica, es un asunto planetario. Afecta a todas las personas en todos los lugares del mundo. Pero, además, son globales también las causas. O, dicho de otro modo, todos contribuimos, en mayor o menor grado, al cambio climático. Sólo que unos más que otros. Algunos, mucho, muchísimo más que otros.

Todos debemos cambiar el modo de vida si queremos frenar el desastre climático: países, empresas, organizaciones y ciudadanos. En el caso concreto de las empresas, se tienen que adaptar, impulsando medidas para reducir su huella de carbono. Claro que algunos sectores lo tienen más fácil que otros. Y he aquí el quid de la cuestión. Las empresas que no creen en el cambio climático, que niegan que sea culpa de la actividad humana y que, incluso, pagan a periodistas y políticos para que transmitan esa idea, son las que más contribuyen al cambio climático.
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